Skip to content Skip to footer

¿Qué debemos hacer nosotros para ser arrebatados?

Hay cosas especificas que nosotros debemos hacer para ser arrebatados.

Aunque sabemos conforme a las Escrituras que nosotros no somos salvos por obras para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9, hay cosas que Dios no hace por nosotros, sino que nosotros debemos hacer por nosotros mismos.
Tenemos que  prestar atención a todas las indicaciones que enseñó Jesús para prepararnos para el arrebatamiento y ponerlas en práctica, pues Jesús fue el mejor ejemplo en la comunión con el Padre y la obediencia a todas sus indicaciones.

¿Qué  cosas debemos hacer nosotros para prepararnos en la presencia de Dios?

 

Según las indicaciones de Jesús, el ensenó a través de su ejemplo y de lo que quedó plasmado en las Santas Escrituras  que debemos:
  • Tener tiempo a solas con Dios.  Mateo 6:6-7
  • Orar al Padre en el nombre de Jesús.  Juan 14:13
  • Tener y mantenerse en la fé.  Mateo 17:20;  Hebreos 10:39.
  • Ser agradecidos por lo que somos, por lo que tenemos y por lo que hemos recibido.  1 Tesalonicenses 5:18
  •  Alabarle reconociendo las obras que Él ha hecho.  Salmos 136:1-9
  • Adorarlo reconociendo quien es Él. Salmos 95:6-9
  • Escudriñar las Escrituras. Juan 5:39-47
  • Ser bautizado en el  Espíritu Santo y fuego. Mateo 3:11
  • Ejercer el don que el Espíritu Santo nos ha dado.  1 Timoteo 4:14
  • Predicar, evangelizar y enseñar. Marcos 16:15
  • No perder el primer amor. Apocalipsis 2:4-5
  • Perseverar hasta el fin.  Mateo 24:13
  • No perder la paz.  Juan 16.33
  • No deberle nada a nadie. Romanos 13:8
  • No dejar de congregarse.  Hebreos 10:25
  • Llevar fruto que permanezca. Lucas 3.8
  • Tener aceite suficiente.  Mateo 25:7-13

Debemos tener en cuenta entre otros requisitos

Velar y orar

“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” Lucas 21.36

 

Mirar por nosotros mismos

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.” Lucas 21.34

 

Tener cuidado de no ser engañados

“Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.” Lucas 21.8-9

 

 

Estar preparados

 

“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.” Mt. 24.44
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 5.23

 

Permanecer fieles y prudentes

“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.” Mateo. 24.45-47

 

Velar para tener aceite de reserva.

Parábola de las diez vírgenes “…Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” Mt. 25.1-13 (estar orando, ayunando, escudriñando las Escrituras,  creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor)

Multiplicar el talento

Parábola de los talentos Mt. 25.14-30 (esto es no dejando de predicar el Evangelio del Reino)

 

Permanecer en él

“Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.” 1 Juan 2.28

 

Amar su venida

“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2 Ti. 4.8
También es necesario que como iglesia podamos cumplir con aquellos requisitos que Dios dejó establecidos en el libro del Apocalipsis para advertirnos el peligro, antes de que sea demasiado tarde y podamos ser arrebatados.  Entonces encontramos que:

El Modelo del creyente y  de la  Iglesia que partirá con el Señor serán :

Los que han guardado su Palabra y no han negado Su nombre.

“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.” Apocalipsis 3.8

 

Los que han guardado la Palabra de Su paciencia

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” Ap. 3.10

 

Los que retienen la verdad

“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Ap. 3.11
“Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia.” Proverbios 23.23

 

Una Iglesia santa

“a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” Efesios 5.27
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12.14

Ser santos y seguir la paz.

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12.14
Todas las cosas que hemos expuesto aquí  que debemos hacer, son en realidad el fruto de nuestra relación abierta , honesta y genuina con Dios. Ya que entregando nuestra vida y fe al conocimiento de Dios y de Jesús en un genuino arrepentimiento, conversión, y con la revelación del evangelio en nuestra vida habiendo nacido de nuevo y siendo puros, tendremos la gracia para cumplir con todos estos requisitos para poder estar preparados para el arrebatamiento.                                                 
“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.”  Tito 1.15
 
Así que necesitamos alcanzar entrar en el Reino de los Cielos S. Juan 3:3-5 como dice la Escritura, pues allí está nuestra ciudadanía y de allí esperamos a nuestro Salvador.
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” Fil. 3.20-21

Gracias por estar con nosotros.

 

 

Video relacionado →

¡ Dios le bendiga !