Todas las cosas que hemos expuesto aquí que debemos hacer, son en realidad el fruto de nuestra relación abierta , honesta y genuina con Dios. Ya que entregando nuestra vida y fe al conocimiento de Dios y de Jesús en un genuino arrepentimiento, conversión, y con la revelación del evangelio en nuestra vida habiendo nacido de nuevo y siendo puros, tendremos la gracia para cumplir con todos estos requisitos para poder estar preparados para el arrebatamiento.
“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.” Tito 1.15