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SIEMBRA Y COSECHA

¿Qué es la siembra?

Sembrar consiste en colocar directamente una semilla en la tierra para que germine y produzca plantas nuevas.

 

¿Qué es una semilla?

La semilla es un órgano de gran importancia que contiene un embrión del que puede desarrollarse una nueva planta bajo condiciones apropiadas ya que se genera a partir de la maduración del óvulo luego de la fecundación.
 

 

 

 

 

Partes de la semilla

¿Cuál es la función de la semilla?

La semilla cumple las funciones de dispersión, protección y reproducción de la especie. 

 

¿Qué es la cosecha?

La cosecha es un proceso agrícola que consiste en recoger los productos vegetales comestibles, que pueden ser frutos, semillas u hortalizas de los campos, en la época del año en que están maduros.​ La cosecha marca el final del crecimiento de una estación o el final del ciclo de un fruto en particular.
Según las Escrituras
Jesús habla también de la semilla, la siembra, la cosecha o siega y lo compara con el reino de Dios, haciendo saber que el hombre que echa la semilla en la tierra no sabe como brota y crece esa semilla ya que la tierra tiene una propiedad innata en la semilla para hacerla reproducir..
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;  y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.” Marcos 4:26-29

Dios da el ejemplo de dar la semilla y la provisión.

Así como Jesús dijo que el reino de Dios es como el hombre que echa la semilla en la tierra, Dios también se encarga de  proveer el pan, multiplicar y aumentar los frutos de alguien que siembra la semilla que Él le da.
“Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come,..” (leer +)  2 Corintios 9:10
Porque para Dios somos importantes y más valiosos que las aves de los cielos y las bestias del campo que aunque no siembran, ni cosechan, dice que Él las alimenta. El también a nosotros nos puede alimentar  y dar lo que necesitamos.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida,..” (leer +)  Mateo 6:25-26

¿Qué hacer con lo que Dios nos da?

Dios espera que de lo que Él nos dá, nosotros podamos sembrar, de igual forma cómo Él lo hizo y hace con nosotros, con generosidad, con alegría, abundando en toda buena obra como Dios lo dice.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; ”  2 Corintios 9:6-7 
En estos versículos Dios nos propone la generosidad y la alegría en nuestra siembra y nos dice que de esa misma manera segaremos, pero también debemos tener en cuenta lo siguiente:

¿Cómo y en que forma sembramos?

Dice la Escritura que todo lo que sembremos y como lo sembremos, de esa manera es que segaremos. 
Pero que es lo que también podemos sembrar?, la Escritura dice que TODO; Qué es todo?
Hay cantidad de cosas que según esta vida  estamos sembrando y Dios esta evaluando.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare,..” (leer +) Gálatas 6.7 
El sembrar es una tarea de constancia, de trabajo, decisión, esfuerzo, lágrimas y fe, que trae paciencia al sembrador para que con esperanza reciba el fruto de su trabajo.
“porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.    1 Corintios 9:10
También encontramos una promesa de Dios en el libro de los Salmos  que dice:
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”  Salmos 126:5-6
Jesús enseña también con una parábola que el sembrador natural de la tierra sale a sembrar, así también lo hace el sembrador que viene del cielo, el riega la semilla en forma abundante de tal manera que esas semillas caen en diferentes lugares.
Aunque para Jesús en este relato la semilla es la palabra, él hace ver que mientras va andando por el camino, las semillas van cayendo en diferentes terrenos; primero encuentra a los que oyen, y le es arrebatada la palabra, otros que oyen creen y se apartan, otros oyen y se va ahogando lo que oyeron, y encuentra unos en medio de espinos y otros en buena tierra como lo relata:
Cada terreno en medio del camino recibe semilla abundante, pero solo en una clase  de terreno fértil la semilla se reproduce y multiplica, así recibirá un buen fruto en el tiempo de la siega.
Jesús  también refiere otra parábola donde es sembrada la buena semilla en un campo y sin darse cuenta el dueño mientras dormía, su enemigo  siembra una mala semilla a la que le llama cizaña, las dos crecen juntas  tratando siempre la buena semilla de sobrepasar la influencia, peso y asedio de la cizaña, hasta que por fin en la ciega cuando sea recogida la quiten una vez y para siempre de encima de ella.
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;  pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.  Y…” Mateo 13:24-30
En las parábolas de Jesús el propósito es enseñar que la semilla más importante que Dios Padre da, es el Evangelio – Jesús, quien ganó para nosotros tanto lo material como lo espiritual lo cual  se convierte en semillas y tendrán también que sembrarse,  pero cada uno como dice la Escritura debe saber  como administrar la semilla y el fruto de ella para tener una buena siega. De manera que debemos elegir a donde  queremos sembrar, para la carne o para el espíritu.
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”  Gálatas 6:8-9
Al que oye, cree y recibe con gozo la semilla que Dios le da, se convierte en un multiplicador, un servidor de  lo espiritual. Dios siembra, riega, cuida, da el crecimiento, y hace un edificio; de igual forma debe hacerlo el servidor  como lo dijo Pablo trabajando con Apolos, dirigidos por Dios para sembrar, cuidar, regar y Dios les permitirá obtener su  recompensa por su propia labor. Así debemos hacer nosotros.
“Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios…”  (leer +)  1 Corintios 3:5-9
Que Dios nos ayude a utilizar la semilla con sabiduría y a aprovecharla en nosotros para que demos buena cosecha. Que no seamos ignorantes para  entender los tiempos de la siembra y la cosecha.
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.  Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.” Juan 4:35-38

Gracias por estar con nosotros

 

 

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¡Dios le bendiga!

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