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SANTIDAD

Santidad, un término que procede del vocablo latino sanctĭtas, es la característica de aquel que es santo.

Kadoshim pl. Apartado, separado, distinto, especial, reservado, dist inguido, puro, diferente. La palabra Kadosh ha sido reemplazada en las biblias modernas por la palabra Santo

Este adjetivo (santo) puede hacer referencia al individuo bondadoso que no tiene culpa alguna. En el ámbito religioso, un santo es un sujeto que desarrolló un vínculo especial con un ser divino o que sobresale por su ética y sus valores morales.

La Santidad es una palabra que encontramos en las Santas Escrituras, como una ordenanza, un mandamiento que Dios el Padre y Jesús da al hombre desde el Antiguo Testamento, para que viva en esta condición.

“Habéis pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo …Levítico 20:26 

sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.1 Pedro 1:15-16

¿Por qué Dios sabe que el hombre puede ser santo?

Dios escogió hombres de carne y hueso a los cuales llamó para cumplir un propósito específico; comenzando con Enoc (Genesis 5:21-24) y Noe ( Genesis 6:9), quienes caminaron con Dios y de ahí en adelante tantos otros.

Estos hombres que Dios escogió y  llamó, hallaron gracia delante de sus ojos porque encontró potencial en ellos para la obediencia y la santificación.

“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Genesis 6:8,
 “Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.   Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Génesis 6:12-13
“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Génesis 6:18
“Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”. Génesis 6:22
“Y el Señor dijo a Abram:
Vete de tu tierra,
de entre tus parientes
y de la casa de tu padre,
a la tierra que yo te mostraré.
Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendigan,
y al que te maldiga, maldeciré.
Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.
Entonces Abram se fue tal como el Señor le había dicho; Génesis 12:1-4
 
“Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. 25 Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo”. Génesis 26:24-25
 
“Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.  Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.  He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”. Genesis 28:13-15
“Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 1 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?  Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto”. Génesis 37:5-11
“Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”.  Éxodo 3:2-5
 
“Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”. Deuteronomio 31:7-8

Las Escrituras nos muestran que Jehová Dios es el que santifica e inclina al hombre a la santificación.

“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,” Hebreos 2:11

Desde el Antiguo Testamento podemos ver como los que fueron llamados creyeron con esperanza en esas promesas santas, manteniéndose  apartados para Dios.

Todos estos hombres al igual que Jesús, aprendieron la obediencia siguiendo con fe, las instrucciones que Dios les dio para que realizaran 

“Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.  Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;  pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.  Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”. Hebreos 11:13-16

Según las Escrituras podemos santificarnos 

Para tener una vida que agrade a Dios

  • Apartándonos de fornicación
  • Teniendo cada uno su propio esposo y esposa en santidad y honor.
  • No  viviendo el matrimonio en pasión de concupiscencia
  • No siendo como  gentiles que no conocen a Dios
  • No agraviar, ni engañar en nada al hermano.
  • Dejar la inmundicia.
  • Tener cuidado de desechar a Dios
  • Saber que nos dio el Espíritu Santo
  • Ser santos en toda la manera de vivir.
  • Seguir la paz con todos.
  • Seguir la santidad. (Hebreos 12:14)
  • Amarnos unos a otros como hemos aprendido de Dios
  • Tener tranquilidad
  • Ocuparnos en nuestros negocios
  • Trabajar con nuestras manos
  • Conducirnos honradamente para con los de afuera. (1Tesalonicenses 4: 1-12)

Las Santas Escrituras, son nuestro manual de instrucciones y la hoja de ruta que nos ayuda a saber que es lo que espera Dios de nosotros los que decimos que queremos seguirle y servirle. Juan 5:39

La voluntad de Dios para el hombre según lo dice la Escritura es: 

Nuestra santificación

“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;  1 Tesalonicenses 4:3

 “Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Hebreos 10:8-10

Debido a que estábamos separados de Dios por el pecado, Dios eligió una mejor ofrenda hecha una vez y para siempre para santificarnos.

El propósito de Dios es que seamos santificados:

Santificados por el cuerpo de Jesucristo

“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”.  Hebreos 10:10

 

Santificados por su sangre

“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Hebreos 13:12

 

 

Santificación por el Espíritu, para salvación.

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.  2 Tesalonicenses 2:13-14

Santificados por el Espíritu y elegidos por el Padre, para obedecer.

“elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.  1 Pedro 1:2 

Gracias a la oportunidad que nos dió Dios, para elegirnos para la santificación, hoy podemos llegar a ser santos y sin mancha, si obedecemos y seguimos las instrucciones, para entender, conocer y recibir la bendición de Dios.

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,  Efesios 1:3-4

Debido a que en otro tiempo vivimos en condición de pecado, hoy a través de Dios y de Jesús, somos lavados y santificados, no para vivir en la misma condición que antes, pues, por el conocimiento de Dios y de la obra redentora de nuestro señor Jesucristo, seamos agradecidos para con Dios. ( 1 Corintios 6:9-11)

Apartándonos de toda especie de mal y del pecado que nos ataba y nos llevaba a condenación, mantengámonos en esa santidad que que nos fue dada y esperemos con paciencia y con fe en las preciosas  grandísimas promesas que nos han sido dadas, a través de Jesús, para nuestro beneficio y salvación. (2 Pedro 1:3-11)

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Gracias

¡ Dios le bendiga !

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