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LA REMISIÓN

LA REMISIÓN

 

La Remisión:

  • Viene del verbo remitir que implica una acción.

  • Es la acción de pasar algo de un lugar a otro, es enviar o mandar una cosa a un lugar o a una persona.

  • La  remisión también es una forma de extinguir las deudas o condonar las obligaciones, figura que permite al acreedor renunciar al cobro de la obligación quedando el deudor perdonado.

  • Sinónimos:

    Perdonar , alzar la pena , eximir o liberar de una obligación .

Desde el Antiguo Testamento la remisión fue instaurada por Dios, cuando dice …

El año de remisión

“Cada siete años harás remisión. 2 Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová. 3 Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano, 4 para que así no haya en medio de ti mendigo; porque Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la tomes en posesión, 5 si escuchares fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. 6 Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio. Deuteronomio 15

Dentro de las Escrituras la Remisión en el Antiguo Testamento también es la acción de pasar el pecado a Dios, para ser perdonado.

 

Las personas que traían la ofrenda por el pecado y la culpa, ponían sus manos sobre el animal de la expiación, confesaban su pecado y el pecado era remitido (pasaba) sobre el animal, llevando el la culpa y el pecado sobre su cuerpo. 

Cuando el animal era degollado y había derramamiento de sangre se efectuaba el perdón del pecado.

El resultado de esa remisión es el perdón

La Remisión

Concluimos que Remitir es Perdonar

En el Nuevo Testamento encontramos que:

Jesús enseñó sobre la remisión de los pecados, es decir el perdón

“A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (Juan 20:23)

 

Remitir nuestros pecados o el pecado de otro como lo expresa el versículo anterior en las Escrituras, es enviarlo al cordero de la expiación para poder ser perdonado del pecado y la culpa.

 

Dios en su infinita misericordia nos enseña a través de diferentes ejemplos en las Santas Escrituras, qué es y cómo es el perdón Suyo hacia los hombres.

Jesús nos da un ejemplo en el siguiente pasaje…

 

“Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda”. 

 

“Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”.  

 

 

“Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado”.

“Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 

35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”.

Mateo 18:23-35

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Mateo 6:14-15

Dios anunció un mejor pacto, unas mejores promesas para el perdón de nuestros pecados a través de Jesús.

La Remisión aunque se cumplió en una forma diferente en la ley , fue sombra de lo que había de venir como dice la Escritura.

“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan”. Hebreos 10:1

Pero Dios mismo aclara que esos sacrificios no pueden quitar el pecado de dentro de las personas, pues dice:

“De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”. Hebreos 10:2-4

Por este motivo también dice Dios

 “Por lo cual, entrando en el mundo dice:

Sacrificio y ofrenda no quisiste;

Mas me preparaste cuerpo.

Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron”.

Debido a que la gente ya no venia a Dios en un genuino arrepentimiento y no ofrecía un verdadero sacrificio y ofrenda al Señor, Dios comunica lo que va a hacer.

“Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,

Como en el rollo del libro está escrito de mí.

“Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último”. Hebreos 10:7-9

Es aquí donde Jesús viene a cumplir la voluntad del Padre, en este nuevo y último pacto para siempre.

“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. Hebreos 10:10

Dios explica y dice:

“Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; ”                 Hebreos 10:5-11

Ahora con este nuevo pacto y un solo sacrificio dice:

“… pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 

porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”.

Solo una ofrenda sirvió para santificar, para perfeccionar para siempre.    

Hebreos 10:12-18

“Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:

Este es el pacto que hare con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
 añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado”.    Hebreos 10:12-18

Ahora en Jesús..

“..en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados (la remisión) según las riquezas de su gracia,  que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,  dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,  de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación (entrega) del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”.  Efesios 1:7-15

Además…

“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros (usted y yo) también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado,para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios”. 1 Pedro 4:1

Concluimos

Que habiendo recibido de parte de Dios la remisión  y perdón de pecados,  después de un verdadero arrepentimiento y confesión de nuestros pecados, Él no se acordara nunca más  de ellos, a los cuales hemos renunciado, para no vivir  más  en el mal de la carne; así mismo debemos hacer con aquellos que han pecado contra nosotros.

Debemos remitir sus pecados y ofensas a Dios nuestro Padre, con un perdón genuino, como lo hizo Dios con nosotros, sin traer a memoria de nuevo las transgresiones contra nosotros, para que así mismo seamos perdonados por Dios.

“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. 38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. (Lucas 6:36-38); (Mt. 7.1-5)

 

 

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Esperamos que esta enseñanza haya sido de gran edificación para su vida y pueda recibir el fruto de perdonar  y ser perdonado.

Gracias por su atención

!Dios le bendiga!

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