OBEDIENCIA Y LEY:
Es el tema que queremos desarrollar, teniendo en cuenta lo que hemos venido viendo en las enseñanzas anteriores relacionadas con Moisés y su obediencia a Dios.
Pero…
¿Qué es la obediencia?
Es la acción de acatar la voluntad de la persona que manda.
Es la acción de acatar lo que establece una norma o
Es la acción de acatar lo que ordena la ley.
La obediencia es hacer lo que se me manda, en el momento que se me indica, siguiendo las instrucciones y no como yo quiero o pienso.
¿Qué es ley?
Ley
Es una regla o norma jurídica ( es decir un acto legal o justo), de carácter obligatorio dictada o dicha por una autoridad competente de un territorio.
La ley tiene como fin permitir o prohibir alguna acción de los individuos con el objeto de regular la conducta humana y darle orden.
La ley generalmente impone deberes y confiere derechos, cuyo incumplimiento puede llevar a una sanción.
A partir del libro de Éxodo podemos ver lo que para Jehová Dios era una ley u ordenanza, cuando comienza a dar instrucciones a Moisés.
En este libro aprendemos de Dios lo que significa el acto legal y justo para cumplir con su palabra y compromiso. (Éxodo 3:7-11)
Dios da el mayor ejemplo de obediencia a su propia ley, es decir a lo dicho por Él, donde en su compromiso y cumplimiento con Moisés le dice que estará con él y lo esta desde el primer momento. (Éxodo 4:1-17)
Moisés debe aprender que la ley y cómo legislar según Dios, es un motivo de obediencia, y la va a experimentar a partir del momento que Dios le da un título de mucha responsabilidad: “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todas las cosas que yo te mande,…”Éxodo 7:1-2
Pero… ¿Qué es un profeta?
El profeta cómo lo dice la Escritura es el que habla de parte de Dios, cuando el mismo Dios pone las palabras en su boca para hablar lo que Él le mande. (Deuteronomio 18:18)
Comentario
Aunque Moisés parecía sólo el vocero de Dios, según lo entendemos así, en realidad Dios lo puso en un lugar de privilegio, estar en “Su misma Presencia” , y además le dice:
Tú dirás todas las cosas que yo te mande,..”. Éxodo 7:1-2
Dios se le presentó
Él le habló y dialogaron
Le dijo lo que esperaba de él.
Dios le muestra su poder.
Le enseña a que confíe en Él y siga sus instrucciones.
(Éxodo 3) (Éxodo 6:1-8)
Moisés logrando entender cómo trabaja Dios, también le dice al pueblo más adelante:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;…” Deuteronomio 18:15-20 y Hechos 3:22
La Obediencia es un acto de responsabilidad, pero también es un voto de confianza que le da la autoridad competente.
Tenemos un testigo en las Escrituras que nos muestra lo que le agrada a Dios, como lo hizo saber el profeta Samuel al rey Saul: (1er Samuel 15:1-31)
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.” (1er Samuel15:22)
Este ejemplo de Saul cuando perdió su reinado:
Cuando leemos en el capítulo 15 del Primer libro de Samuel, encontramos cómo Saul perdió su reinado por no seguir las instrucciones de Dios al pie de la letra, según Jehová Dios le había dado a través del profeta Samuel, el rey hizo lo que le pareció y como dijo Jehová:
“Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 1 Samuel 15:11
Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.”1 Samuel 15:26
Y tenemos otro ejemplo más que tiene que ver con el mismo Moisés, cuando fue a sacar agua de la Peña y se convirtió en lugar de la rencilla contra Jehová Dios, perdiendo Moisés la oportunidad de poder entrar en la tierra prometida.
“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.” (Números 20:7-13)
La forma en que Moisés debía dar ejemplo de ser un buen legislador (entendiendo que la legislación no es un sinfín de normas y tradiciones para cumplir), sino en realidad es el hecho de una obediencia absoluta e inmediata a la indicación, mandato, norma, ley, ordenanza o instrucción que se da; era con su OBEDIENCIA
Pero por si nos queda alguna duda, recordemos la definición de obediencia en (1er Samuel 15:22)
Hagamos algunas preguntas:
Aprendiendo lo que hemos aprendido, estamos dispuestos a obedecer a Jehová Dios como El esperaba que le obedeciera el pueblo en ese momento y hasta el fin de sus días?!
Qué cree usted qué le falta para obedecer la ley de Dios, entendiendo como ley, No los ritos judíos o levíticos, sino las instrucciones y ordenanzas que Dios da para un buen comportamiento y una buena convivencia?!
Cree usted en realidad que Dios está dispuesto a enseñarle que hacer y cómo hacerlo?
Si no está seguro(a) o no ha tenido la suficiente confianza en Dios, le invito a que:
Pongamos, manos a la obra:
Ore primero pidiendo perdón a Dios por no creerle.
Arrepiéntase de todo corazón.
Confiese todos sus pecados a Dios y exprésele lo que le ha hecho que no tenga confianza en Él.
Pida el perdón de Dios, antes de que sea demasiado tarde, para que no nos pase como Moisés o como Saul que perdieron el regalo que Dios estaba dispuesto a darles; uno en esta vida, y el otro en la eternidad.
Conviértase de sus malos caminos, decisiones erradas, rebelión u obstinación para no querer hacer lo que en verdad le agrada a Dios.
Y camine por caminos de paz, salvación y santidad, porque sin santidad nadie verá al Señor. (Hebreos 12:14 )
Deje de hacer lo malo, dejemos de pecar.