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Estar preparados

Estar preparado tiene que ver con, estar listo, estar dispuesto para hacer algo, apercibido  para ejecutar una acción.

 

Durante este año, con la ayuda de Dios hemos estado viendo el tema del arrebatamiento, el cual Jesús  presentó como un evento futuro, pero también como una enseñanza que advierte a todo creyente nacido de nuevo a estar atento como regir su vida  y  tomar decisiones radicales en Dios.
Estar preparado para el arrebatamiento es, estar listo y apercibido de antemano, a hacer, obedecer y ejecutar todas y cada una de las indicaciones dadas por el Señor, para que de nuestra parte y con su ayuda podamos alcanzar el ser arrebatados al cielo por nuestro Señor Jesucristo.

¿Por qué necesitamos estar preparados?

Porque dice la palabra que el Hijo del Hombre vendrá otra vez con un objetivo específico y radical, juntar a sus escogidos.
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”  Marcos 13:26-27
Estar preparados para este evento es de gran importancia para el Señor, y de esa misma forma Él espera que también sea importante para nosotros, de manera que queramos ser de los escogidos, ya que es nuestra única oportunidad de salvación.
Dios el Padre a través de su Hijo Jesús advierte la importancia de estar preparados y deja saber las cosas que sucederán como lo hemos estado estudiando en clases anteriores..
Dentro de las palabras dichas por Jesús como advertencia dice que:
“Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre“. Mateo 24:38-39
Dice éste pasaje que la gente se estaba casando y dándose en casamiento, viviendo la vida como de costumbre, levantándose, planificando sus días, haciendo sus labores, cumpliendo los objetivos que se propusieron en esta tierra, sin tener en cuenta que vendría sobre ellos el diluvio anunciado, y así fue, vino el diluvio y se los llevó a todos de manera que no hubo oportunidad de nada más.
Aquí vemos que la advertencia de Jesús a través de esta palabra dicha es mostrar cual es el objetivo específico de su venida de nuevo; 
  1. Viene sorpresivamente, pero no sin aviso previo. 
  2. Viene a llevarse a sus escogidos como lo ha dicho.
  3. Después de que esto acontezca no habrá oportunidad de nada más.
Por esto también en Mateo 24:44 vemos que Jesús dice:  “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”

¿En que forma estamos preparados?

Estar preparado tiene que ver con haberse entrenado  o capacitado en algo de forma integral por un periodo de tiempo, con el propósito de  alcanzar un objetivo, una meta y ganar lo que parecía inalcanzable. Aquel que se prepara lo hace con el fin de lograr estar listo, física, emocional y legalmente, según las normas o requisitos exigidos en esa competencia para la cual se prepara y ser el mejor, o formar parte de los mejores. Su propósito es, no tener fallos, ser admitido y alcanzar el premio, ser el ganador.
El estar preparado y listo, le capacitará para evitar enredarse en otros asuntos distractores.  El estar preparado tiene que ver con hacer que su vista esté puesta en el objetivo, enfocada en lo que quiere lograr y de esta manera seguramente lo alcanzará.
Las Escrituras nos hablan del militar, del soldado, del atleta, del que corre una carrera en el estadio, del que lucha, absteniéndose de lo que sea necesario, para lograr con toda legalidad ganar la competencia y así recibir el premio para el cual se preparó con esfuerzo y diligencia, logrando la satisfacción personal  y la admiración y el agrado de  su entrenador o de quién creyó en él:
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.”  “Timoteo 2:4-5
y también nos dice la Escritura:
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”  1 Corintios 9:24-25
Esta comparación que usa el apóstol Pablo en estos versículos, es para hacernos caer en la cuenta que la competencia para la cual estamos preparándonos es para recibir un premio eterno, la corona incorruptible, la cual Dios quiere que alcancemos:

¿Cómo sabemos que nos estamos preparando bien?

Como dijo el apóstol Pablo a los Filipenses:
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14
Pablo seguía haciendo lo que había aprendido de Jesús, del testimonio de los apóstoles sus hermanos y conforme a las Escrituras. Así mismo nosotros debemos seguir:
  • Teniendo nuestro tiempo a solas con Dios.  Mateo 6:6-7
  • Orar al Padre en el nombre de Jesús.  Juan 14:13
  • Tener y mantenernos en la fé.  Mateo 17:20;  Hebreos 10:39.
  • Ser agradecidos.
  • Que la palabra de Cristo more en abundancia en nosotros.
  • Hacer todo en el nombre de Jesús.  Colosenses 3:15-17
  • Alabar a Dios reconociendo las obras que Él ha hecho.  Salmos 136:1-9
  • Adorar a Dios reconociendo quien es Él. Salmos 95:6-9
  • Escudriñar las Escrituras. Juan 5:39-47
  • Ser bautizados en el  Espíritu Santo y fuego. Mateo 3:11
  • Ejercer el don que el Espíritu Santo nos ha dado.  1 Timoteo 4:14
  • Predicar, evangelizar y enseñar. Marcos 16:15
  • No perder el primer amor. Apocalipsis 2:4-5
  • Estimularnos al amor y a las buenas obras. Hebreos 10:24
  • Perdonar a los hombres sus ofensas.  Mateo 6:14-15
  • Ser sobrios y velar en oración. 1 Pedro 4:7
  • Perseverar hasta el fin.  Mateo 24:13
  • No perder la paz.  Juan 16.33
  • No deberle nada a nadie. Romanos 13:8
  • No dejar de congregarnos.  Hebreos 10:25
  • Llevar fruto que permanezca. Lucas 3.8
  • Tener aceite suficiente.  Mateo 25:7-13
  • Permanecer en él, para tener confianza. 1 Juan 2:28
  • Ser santificados por completo.
  • Ser guardados irreprensibles.  1 Tesalonicenses 5:23
  • No contristar al Espíritu Santo de Dios con el cual somos sellados para la redención. Efesios 4:30
  • Retener lo que tenemos para que nadie tome nuestra corona. Apocalipsis 3:11 
  • Estar siempre gozosos. Orar sin cesar. Ser agradecidos.  1 Tesalonicenses 5:16-18
Practicando todas estas cosas podremos mantener nuestro odre limpio y nuestra lámpara encendida.
Es por todo lo anterior que necesitamos que nuestro Dios nos santifique por completo y nos ayude a que nuestro espíritu, alma y cuerpo estén listos sin  ningún reproche, bien preparados para la venida de nuestro Señor Jesucristo.  1 Tesalonicenses 5:23 

Gracias por estar con nosotros.

 

 

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¡ Dios le bendiga !

 

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